Los motores son el corazón de cualquier vehículo, transformando diferentes tipos de energía en movimiento. Con una amplia gama de opciones disponibles, es esencial entender cuántos tipos existen y cuál es el más adecuado para tus necesidades. En este artículo, exploraremos en detalle qué es, cómo funciona y los distintos tipos que puedes encontrar en el mercado hoy en día.
¿Qué es?
Es una máquina diseñada para convertir una forma de energía en trabajo mecánico. En términos más simples, un motor toma energía, ya sea química, eléctrica, térmica o de otro tipo, y la convierte en movimiento.
Funcionamiento
Su funcionamiento básico se puede desglosar en varios pasos, dependiendo del tipo específico del que hablemos. Sin embargo, todos comparten un principio común: la conversión de energía en movimiento.
En primer lugar la admisión, en los de combustión interna, el proceso comienza con la admisión de aire y combustible en la cámara de combustión. En los eléctricos, este paso involucra la transmisión de electricidad desde la batería hacia el motor.
Otro paso es la compresión, para los de combustión interna, la mezcla de aire y combustible es comprimida por los pistones dentro de los cilindros del motor. En los eléctricos, la electricidad provoca la generación de un campo magnético.
Seguido de la explosión/expansión, en uno de combustión interna, la mezcla comprimida es encendida, lo que genera una explosión controlada que empuja los pistones y genera movimiento. En uno eléctrico, el campo magnético induce el movimiento de un rotor.
Y por último el escape/exhaust, en los de combustión interna, los gases resultantes de la combustión son expulsados. En los eléctricos, la energía cinética generada se utiliza para mover el vehículo.
Este ciclo se repite varias veces por segundo, permitiendo que el motor genere la energía suficiente para mover un coche a través de una variedad de velocidades y condiciones de carga.
¿Cuántos tipos de motores de coches hay?
En automoción se ha visto una evolución significativa en los motores a lo largo de los años. Aunque existen muchos tipos, los más comunes se pueden agrupar en las siguientes categorías:
- Motores de combustión interna (ICE): Son los más tradicionales y se dividen en gasolina y diésel. Funcionan quemando combustible dentro de los cilindros, donde la mezcla de aire y combustible se enciende para generar energía. Los de gasolina utilizan gasolina como combustible y son conocidos por su suavidad y alta velocidad de rotación. Son los más comunes en los coches de pasajeros. Mientras que los de diésel funcionan con gasóleo y son más eficientes en términos de consumo de combustible, aunque tradicionalmente han sido más ruidosos y generan más emisiones de óxidos de nitrógeno.
- Motores eléctricos: Estos utilizan electricidad almacenada en baterías para generar movimiento. Son conocidos por su eficiencia energética y por ser mucho más silenciosos que los de combustión interna. Como es el caso de CUPRA Born, 100% eléctrico.
- Motores híbridos: Combinan uno de combustión interna con uno eléctrico. Esta combinación permite optimizar el consumo de combustible y reducir las emisiones, al tiempo que proporciona una autonomía más extensa en comparación con los vehículos totalmente eléctricos.
- Motores de hidrógeno: Aunque menos comunes, están ganando popularidad debido a su capacidad para generar energía a partir de hidrógeno, emitiendo únicamente vapor de agua como subproducto. Son considerados una alternativa ecológica a los tradicionales.
- Motores rotativos (Wankel): Utilizan rotores en lugar de pistones. Aunque no son tan comunes como los de pistones, ofrecen ciertas ventajas, como una mayor potencia en relación con el tamaño y un funcionamiento más suave. Sin embargo, suelen ser menos eficientes y más difíciles de mantener.
¿Cuál es el más común?
El tipo más común en la actualidad es el de combustión interna, específicamente el de gasolina. A pesar de la creciente popularidad de los eléctricos e híbridos, la mayoría de los automóviles en circulación utilizan motores de gasolina.
Las razones detrás de la prevalencia de los de gasolina incluyen su menor coste de producción, una infraestructura global bien establecida para el suministro de gasolina y una tecnología altamente desarrollada que ha sido refinada durante más de un siglo. Los de gasolina ofrecen un equilibrio entre rendimiento, coste y facilidad de mantenimiento, lo que los convierte en la opción preferida para muchos fabricantes de automóviles y consumidores.
Sin embargo, es importante destacar que el mercado está experimentando un cambio significativo hacia los eléctricos, impulsado por preocupaciones ambientales y regulaciones más estrictas sobre las emisiones de carbono. Los eléctricos están ganando terreno rápidamente, especialmente en regiones como Europa y América del Norte, donde los incentivos gubernamentales y las normativas están fomentando la adopción de vehículos eléctricos.
En conclusión, aunque los de gasolina siguen siendo los más comunes en la actualidad, la situación está cambiando rápidamente. Es probable que, en un futuro no muy lejano, los eléctricos o incluso los de hidrógeno se conviertan en la norma, desplazando gradualmente a los de combustión interna que han dominado la industria durante tanto tiempo.
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